Por corresponsal IPS

Mariam, de 12 meses, recibe un tratamiento alimentario terapéutico en Burkina Faso, país que ha podido reducir la pobreza alimentaria infantil. Este problema afecta en total a 440 millones de niños y niñas en el mundo, y de manera grave a 181 millones. Imagen: Dejongh / Unicef

NACIONES UNIDAS – Unos 181 millones de niños y niñas menores de cinco años, uno de cada cuatro, viven en situación de pobreza alimentaria infantil grave y no pueden acceder a dietas nutritivas y diversas, advirtió un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Catherine Russell, directora ejecutiva de Unicef, dijo al presentar el informe que “los niños y niñas que únicamente consumen alimentos de dos grupos al día, por ejemplo, arroz y algo de leche, tienen hasta 50 % más de probabilidades de padecer formas graves de desnutrición”.

“Ahora mismo, esa es la realidad para millones de niños y niñas pequeños, y esto puede tener repercusiones negativas irreversibles para su supervivencia, crecimiento y desarrollo cerebral. Están en una situación límite”, recalcó Russell.

El nuevo informe de Unicef subraya las dificultades de los niños más pequeños para acceder a dietas nutritivas y diversas en medio de las crisis mundiales marcadas por la desigualdad, conflictos y los desastres naturales asociados al cambio climático.

“Los niños y niñas que únicamente consumen alimentos de dos grupos al día, por ejemplo, arroz y algo de leche, tienen hasta 50 % más de probabilidades de padecer formas graves de desnutrición. Ahora mismo, esa es la realidad para millones de niños y niñas pequeños”: Catherine Russell.

Si bien la pobreza alimentaria infantil grave, de niños cuya dieta consta de solo uno o dos alimentos, alcanza a 181 millones, la pobreza alimentaria infantil total, de niños con una ingesta de solo cuatro grupos de alimentos o menos, llega a 440 millones.

En África al sur del Sahara la pobreza alimentaria total afecta a 145 millones de niños, y de ellos 59 millones en situación grave; en Asia meridional a 130 y 64 millones, respectivamente; y en Asia oriental y el Pacífico a 59 millones en total y a 17 millones de modo grave.

En Medio Oriente y Norte de África esa condición de pobreza alimentaria total y grave la padecen, respectivamente, 30 y 10 millones de niños pequeños; y en América Latina y el Caribe hay 18 millones de niños menores de cinco años en pobreza alimentaria total y cinco millones en estado grave.

Harriet Torlesse, especialista en nutrición de Unicef y redactora principal del informe, comentó que “para un niño de Afganistán, por ejemplo, eso significa sólo un poco de pan o quizá leche en todo el día, y casi con toda seguridad nada de verduras ni frutas, ni buenas fuentes de proteínas”.

“Esos niños no pueden sobrevivir con dietas tan pobres”, remarcó.

Unicef recuerda su recomendación de que los niños menores de cinco años deben consumir diariamente alimentos de al menos cinco de los ocho grupos: leche materna, cereales, frutas y verduras ricas en vitamina A, carne o pescado, huevos, productos lácteos, legumbres, otras frutas y verduras.

El informe destaca el problema de los precios de los alimentos y en general del costo de la vida, mientras los países se recuperan de la pandemia covid-19.

Sin embargo, muchos otros factores inciden en esta crisis, como “los sistemas alimentarios que no proporcionan a los niños opciones nutritivas, seguras y accesibles, la incapacidad de las familias para permitirse alimentos nutritivos y la de los padres para adoptar y mantener prácticas positivas de alimentación infantil”.

Unicef aboga por una transformación del sistema agroalimentario, y deplora el auge de las bebidas con alto contenido en azúcar y las comidas industriales ultraprocesadas “que se están convirtiendo en la norma para alimentar a los niños” en algunos países y favorecen la obesidad.

Esos productos son a menudo “baratos, pero también muy calóricos, muy salados y grasos. Llenan el estómago y quitan el hambre, pero no aportan las vitaminas y minerales que necesitan los niños”, subrayó Torlesse.

Por otra parte, el documento destaca “el terrible impacto que el conflicto y las restricciones están teniendo en la capacidad de las familias para satisfacer las necesidades alimentarias de los niños, y la velocidad a la que esto pone a los niños en  riesgo de desnutrición potencialmente mortal”.

Más de la mitad de los niños de Somalia (18 millones de habitantes) sufren pobreza alimentaria infantil en medio de conflictos y desastres naturales.

En la Franja de Gaza (2,3 millones de habitantes), nueve de cada 10 niños se enfrentan a altos niveles de pobreza alimentaria mientras continúan los combates de fuerzas israelíes en procura de liquidar a la milicia islamista palestina Hamás.

Torlesse dijo que también hay países que, mientras enfrentan sus propias crisis, han logrado reducir sus niveles de pobreza infantil. Burkina Faso ya lo hizo a la mitad.

“Esto demuestra que, con el tipo de acción adecuada, los países pueden progresar, incluidos los países de bajos ingresos”, afirmó Torlesse. Esos países “han hecho un esfuerzo deliberado para mejorar el suministro de alimentos nutritivos locales, ya sean legumbres u hortalizas o aves de corral”, agregó.

Torlesse dijo que “debemos posicionar la eliminación de la pobreza alimentaria infantil como un imperativo político, en particular para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible en lo referido a desnutrición”.

“Hacemos un llamamiento a todos los gobiernos, aliados para el desarrollo y humanitarios, para que actúen ahora y den prioridad a las acciones para acabar con la pobreza alimentaria infantil”, recalcó.

A-E/HM